La poderosa lección del amor

Un grupo de destacados actores barilochenses lleva a escena «Días contados». La obra se verá el viernes y sábado, en el teatro La Baita.

El artículo en diario «Río Negro»

 

Teatro del aire o la imaginación sin límites

Se tiene por costumbre adjudicar ciertos hechos fantásticos a los magos. Aunque una cosa es adivinar una carta y otra, hacer volar un caballo por los aires. Tampoco es un asunto menor colgar a un grupo de actores de una estructura y coordinar una compleja coreografía de ballet aéreo.

Mariano Sebesta desde hace más de veinte años viene macerando ideas que no estaban en ningún lado. Este artista incalificable ha logrado refundar aquella máxima que indica que no hay nada nuevo bajo el sol.

Sebesta tiene un secreto que explica el origen de su particular talento. Entre ambos hemisferios guarda la «máquina de desmitificar cosas».

–¿Eso quiere decir…? –le pregunto un día en su casa de Bariloche, instalados alrededor de una torta de chocolate que ha cocinado su esposa.

–Quiere decir que, por ejemplo, yo veo este celular que está aquí sobre la mesa y sé que, si me pongo, lo desarmo y entiendo cómo funciona lo armo de nuevo. Me pongo las pilas y allá voy. Creo en la imaginación sin límites.

Mariano Sebesta inició su carrera artística de un modo no artístico. Desde joven fue un practicante del montañismo y la escalada. Sus conocimientos técnicos lo acercaron a grupos teatrales que buscaban innovar en su oficio. Pero innovar en serio. Fue así como se contactó con la legendaria Organización Negra, una suerte de comunidad creativa que rompió todos los moldes expresivos en la Buenos Aires de los 80, y luego con De la Guarda, el grupo de teatro aéreo que ha recorrido el planeta con sus imponentes espectáculos y que no necesita mayores presentaciones. Entre ambos proyectos Sebesta dejó casi una década de su vida. No fue en vano.

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Pasionaria, un voz en el teléfono

Desatada como un río caudaloso, la pasión sólo es capaz de engendrar paroxismos.

«Pasionaria», una de las obras que cerró el fin de semana el Cuarto Festival de Teatro Fundación Patagonia en Roca, se sumerge en estas aguas profundas para extraer lo humano y lo demencial que habita en ellas.
La obra, dirigida por Lucía Möller e interpretada por Flor Dyszel y Aníbal Gulluni (Cntrapunto), hace un corte en una secuencia que seguramente comienza en un bar, con miradas furtivas, con tímidas presentaciones, con amigos y gustos en común, continúa en la cama y concluye como a veces terminan ciertos vínculos: a los gritos, con pases de facturas y con la extraña sensación de ya no entender aquello que se daba por obvio.

El artículo en el diario «Río Negro»