Unos pocos gramos de sal. No más de cinco minutos de celular. Dos sorbos de vino. Sexo monogámico, controlado y seguro. Comida sana, sin grasas trans. Lechuga lavada sin la famosa E. coli. Carne hipercocinada. Casi nada de sol. Poco aceite. Cero tabaco.
Vivir se está volviendo una tarea sumamente complicada. O, al menos, con altísimas dosis de limitaciones. Vivir, o perseverar en el intento, implica hacer casi todo en dosis homeopáticas.
El artículo completo en “Río Negro”
Filed under: Ciencia |
Responder